Lo que queda de un payaso

Al lugar la gente de a gotas.

En las afueras de la ciudad: caminos de tierra, (porque cualquier lugar no muy lejos de la ciudad tiene solo caminos de tierra), una que otra piedra, cielos claros llenos de sol y sudores, pieles tostadas, rojas, erosionadas, e infinita cantidad de estrellas y lunas noches. Árboles, un monte, caminando, en caballo, o con perros, y al final del camino principal, doblando a la derecha, por un caminito, al costado del arroyito dar la lucha contra el sol de la densa siesta de polvo: tres kilómetros y medio.

Ahí, donde no parece pasar el tiempo más que por la piel de sus habitantes, había una casucha: cerca de madera caída la cerca, pequeña, de madera, de lejos se ve. Uno, dos, quinteto de pasos y la puerta abierta mujer y niños corazón abierto, les corroe el dolor. La noticia no debía afectar a nadie.

Cuando, después de santiguarse, a la altura de la cerca, con solemnidad, el recién llegado pasaba a la primera habitación, con el rostro hundido en propio pecho y el corazón deshecho, el ruido o la canción en la que se convertía su respirar iba produciéndole espasmos que de marchita a flor le convertían el alma. Aún sin tener la certeza de nada, y verse por el contrario afectado de penas y recuerdos, el visitante se quedaba un instante de pie, estático: vaya uno a saber por qué razones, todo el que recién llegaba se quedaba de pie, estático y atónito, y casi sin aliento. Entonces el primero de los payasos, como por arte de magia se le aparecía de un salto en los brazos, obligando al inadvertido visitante a tomarlo en andas, que antes de poder decir palabra alguna se veía, ya, con un gorro bufonesco en la cabeza dando pasos ridículos, con el payaso en andas y el ridículo sombrero en la cabeza hacia cualquier parte paso pasito kataplún. En este punto casi siempre, el recién llegado se disponía, si no siempre, a emitir algún balbuceo incoherente. Entonces, el payaso que lo callaba con un silbato de los tira afloja que, otra vez, ridículo se desenroscaba generando la burla de todos esos niños que tampoco habían estado ahí, pero que ahí estaban.

Al visitante, a estas alturas, la cara se le había desdibujado en infinitas muecas y el payaso era
arrojado en cualquier rincón de la habitación, en el piso.

Apenas ocurrido esto de todas partes, sorpresivamente de todas partes iban surgiendo miles de payasos, cada uno distinto al otro, entre malabares y piruetas, además del mago enano que tiraba flores, palomas, conejos y niños con globos que aplaudían y reían y se multiplicaban.

Una vez recobrado el tino, el visitante se iba abriendo paso entre el circo y la muchedumbre de feria hasta llegar al cajón que en el fondo de la habitación se hallaba esperando de pie el entierro.

Narices redondas y rojas por doquier, serpentinas, globo-perritos, malabaristas de cabeza, tortazos van, sonrisas vuelven, payasos en monociclos dando vueltas y de vuelta al piso una y otra vez, muñecas disfrazadas de primavera bailando, sonriendo maromas, aplausos inocencia, y la felicidad falaz sobre rostros que trataban de ahogar tanta pena y congoja. El peso imposible de la realidad sobre las infelices máscaras sonrisas.

Cuando el recién llegado, con dificultad, lograba acercarse hasta el cajón y lo abría y lo miraba y dentro de él veía al muerto, impecablemente maquillado con la nariz roja fría, los ojos cruz blancos y la sonrisa inmortal dibujada (todo frío) sobre el plácido rostro descanso, todo parecía morir, el tiempo se detenía... Un silencio, el tiempo inerte, extraña eternidad, en silencio, sin movimiento, sin tiempo, el silencio. Inmovilidad de minutos, las miradas sobre él, el ausente.

Sin embargo, que no, que todavía no se ha ido: y uno a uno cada payaso desmoronándose y cayendo al piso con infame pena en su alma, quebrándose de pena el alma, de dolor el alma, el payaso quebrándose y al piso con dolor el alma llanto… el enano que hundía en sus manos sus ojos y los apretaba de muerte, las muñecas que se hacían invierno y otoño frío dolor, nevando pena las muñecas, lágrimas a coro, de niños las más tristes, ahogos y pataleos: sinfonía átona, drástico adiós.

Y el que abría el cajón que podía ser el padre, el hermano o un amigo, caía también abatido, quebrándose de rodillas, dejando que la muerte lo congele, otra vez un silencio de penas y de muerte todo congelado hasta el silencio o hasta que el espíritu del muerto pidiendo tregua y cerrándose el féretro que se cerraba adiós. Luego, de a poco, lentamente, todo a la anormalidad, saltando y cayendo y enano magia y muñecas primavera saludando o bailando con niños globos con perros globos.

El visitante entonces se iba, y todo por un pequeño instante volvía a florecer, hasta que el siguiente llegaba y de vuelta a las vueltas hasta que se abría el ataúd.

Durante toda la tarde se fue repitiendo el rito, hasta bien entrada la noche.

Tarde, y ya exhaustos: niños, muñecas, enano y payasos durmiéronse, mientras el horrible lecho pasaba a la primera habitación, con la mujer y sus hijos que sin comprender demasiado seguían llorándolo… y los corazones y las puertas, abiertos.

A la mañana siguiente, los recién despertados con la conciencia abatida se pusieron gala, maquillados de palidez, y con la gota negra del dolor dibujada al costado del rostro, vistieron trajes de un negro ridículo y bufonescos zapatos gigantes de un azul brillante. Las muñecas de invierno y el enano hecho pura pena se pusieron de pie, llorando las últimas lágrimas… el show a terminar.

Con lento andar, uno a uno fueron entrando a la cruel habitación sus colegas, besando cada uno a Chirolaco en la ausencia y ubicándose sin mucha orden entre los demás.

Mirándose con infinita tristeza fueron comprendiendo estos seres que un payaso no se hace, que payaso se nace y que se muere payaso, con la gigantesca sonrisa aunque la pena se los enguya.

Los tres más grandes tomaron el cajón, los demás comprendiendo de inmediato el hecho asieron sus únicas armas y sobre monociclos, zancos y con las manos en el piso comenzaron a andar cansinos tras el que se nos va.

Porque la vida es un espectáculo, ahogado el cortejo fue alejándose con miles de personas que sin entender mucho iban adhiriéndose a la caravana, pensando quizá que algún circo llegaba e ignorando el dolor con el que esa fiesta terminaba. A los que sabían lo que sucedía, la música fue brotándoles entre sollozos del corazón comenzaba a sonar despacito, pero para siempre, palpitándoles amor, porque el payaso muere, y se muere su tristeza, su infinita tristeza. Mas la alegría que irradia es el único legado que deja y es inconmensurable, único don y don eterno.

(Cuento publicado en otra vida en el Sórdido Calumnias, 2004)

El Bolí, Molinas, yo, y todos los demás.

A Molinas le decíamos así en el colegio porque el padre era panadero. El pan se hace de harina, y la harina viene de los molinos harineros del Paraguay. Los panaderos, que hacen pan, están todos llenos de polvos blancos, y harinas. El señor Ortega, un señor con polvos blancos, tuvo un hijo, que eventualmente se convertiría en nuestro compañero de colegio: Molinas. La educación privada y católica que recibíamos, no nos daba para apodos más originales.

El asunto con él, o más bien en su contra, (contra Molinas, el del colegio), no llegaba al punto del acoso, pero para allá íbamos.

¿Qué más ibamos a hacer con el pobre?, si además de usar diferentes modelos de anteojos, era pelirrojo. 

Yo quería que le pusiéramos otro apodo, pero a mí nunca, nadie me escuchaba. Así Molinas siguió siendo Molinas, por toda la secundaria, y tal vez, por el resto de su vida. Aunque en sus documentos tuviera que firmar con el apellido del padre.
***

En fin, el Bolí, ¡tremendo personaje!, a ese sí que le ensoquetamos un buen apodo. Pero además, Molinas y el Bolí tenían algo. Algo juntos.

El Bolí no estudiaba con nosotros, pero hacía todo lo demás. Era el hijo de Ña Larú, la cocinera de la cantina. Y vivían en una casillita, ahí mismo en el colegio, que antes estaba llena de papas. Nuestra mismísima edad la del Bolí, pero seguro seguro, tenía algo con Molinas. 

Ña Larú tenía además otra hija que, yo estoy seguro, hasta hoy día, era paraguaya.

Demasiado linda era ella como para ser extranjera. Ah, claro, porque Ña Larú era boliviana. Ella, el Bolí, todos, menos Angélica, que además dormía solita en otra casilla, o a veces con el pa'i (el cura, quiero decir).
***
Yo, una vez de esas que nadie se levantó temprano en casa, jueves, llegué tarde al colegio. Con mi uniforme un poco arrugado, la camisa manchada de bolígrafo y el saco con una hilacha en el codo, abrí la puerta del aula: juntos y al unísono, todos soltaron una risotada. Pero a mi me sonó más a grito de guerra.

Podríamos decir que yo era un poquito más popular que Molinas.

Ese día, a última hora, me mandaron a la biblioteca, mientras los demás tenían educación física, como cada jueves. ¡La clase de educación física!, ahí descubrí que mi cuerpo es inflexible, y hasta ahora... 

Bueno, total que diez minutos antes de que suene el timbre para salir, voy y le digo a la bibliotecaria, encargada de celar mi castigo, que necesito ir urgentemente al baño. Ella me hace saber que sabe que yo se lo que me va a pasar si no vuelvo a la biblioteca antes de la hora de salida, pero accede. Entonces corro para que estar a tiempo de regreso.

Y así mismo: dos minutos antes de que sonara el timbre, yo estaba reportándome ante ella, tal como me lo había pedido. 

Me senté en una silla, y ahí, todo me dio vueltas, y vueltas, y más vueltas. La bibliotecaria se asustó, dice, pero igual antes de que el susto la inmovilizara, alcanzó a llamar al inspector que, apenas verme, se fue volando a despertarle al pa'i (sí, el cura, pero además director del establecimiento). 

Éste se puso encima de su pijama un pantalón largo y un saco y después sudó mucho. 

Nos llevó, así todo transpirado, en su cuatro por cuatro al hospital de ahí cerquita. 

A mí, en seguida se me pasó, pero no tenía nomás que cerrar mis ojos, por que ahí mismo, píiiiuuuu, ya veía todo lo que había visto hacía rato, y que tan mal me había hecho sentir. La bibliotecaria, en cambio, tuvo que pasar la noche en el hospital, porque se le había acelerado demasiado su corazón, parece. No sé también.

Lo que sí, es que mientras esperaba el alta, me alcancé a fijar en un detalle de la pared, ahí, en el hospital: había un pergamino con los diez mandamientos. Todas negaciones. 

Se escuchaban las voces del pasillo. Yo esperaba, pero no cerraba los ojos. Pensaba también, me acuerdo, con los ojos bien abiertos: por favor, yo no le cuento a nadie, pero sacame esta suciedad de adentro, no sé, señor, dios, doctor, Angélica, yo pensaba o rogaba. 

No desearás la mujer de tu prójimo, en la pared.

***
Tres años por ahí anduve así, tratando de que me guste Angélica, o Ña Larú aunque sea, o alguna profesora, no sé, una mujer cualquiera, y nada. Ni cuando dormía desaparecía la imagen esa, de hacía tres años, el Bolí y Molinas, y cuando yo dormía, estaba yo también con ellos. No espiándoles, no, ahí mismo, entre ellos, entre sus cuerpos y eso. 

Después despertaba y no se cómo, pero yo me convencía que había tenido un sueño erótico hetero. Uno con Angélica me gustaba pensar. Pero la verdad que ni en sueños. 

El vínculo que tenía el sacerdote con dios parecía mucho más seductor que cualquier cosa que yo pudiera hacer. Además, la suciedad esa ya se me había metido bien adentro, y la verdad, la verdad, Angélica no me gustaba tanto. Molinas un poco.

***
Bueno, después, el Bolí se fue, cuando nosotros cumplimos 17, 18. O era él, entonces, o nosotros a finales de ese año, cuando nos graduáramos. Así que no nos íbamos nomás luego a ver más. Creo que nadie, salvo Molinas, lo echó demasiado en falta. Yo ya sabía toda esa, su cochina verdad, pero en el fondo... no sé, los entendía. Yo no quería ser precisamente el que fuera a acusarles, de todos modos.

Y después, no sé en mayo o en junio por ahí, ya habían pasado tres meses más o menos desde que el Bolí se había ido, empezó Molinas a hablarme más. O sea, de nada en especial, pero como que se quiso hacer mi amigo. Yo creo que el sabía lo que yo sabía, y que encima me gustaba, y eso fue lo que hizo que él, no sé... me tanteara por ahí.

Me acuerdo del mentol de su aliento. Mi papá hubiera desaprobado totalmente lo que yo hacía, ahí, con Molinas y su aliento a mentol. A mi, dentro de todo, me causaba un placer culpable.
¡Molinas, que personaje!

***

Después de eso, un día agarré y le pegué muchísimo, y encima hice que le expulsen. 

Les conté, a todos, como él había puesto algo en mi cocacola, y que yo lo único que entendía era que algo no andaba bien, pero como que no podía reaccionar.

Gracias a eso, también, mis compañeros empezaron a respetarme más. Se fue Molinas, y listo, mi popularidad por las nubes. Y era más fácil así, claro. 

El colegio se termina. Después en la universidad iba yo a conocer a una chica, luego ella sería mi novia, después ya seguro nos íbamos a casar, y bueno, todo lo que pasa después... 

Pero a decir verdad, como que yo antes ya sospechaba que algo conmigo era diferente. Pero Molinas, que ya sabía lo que a él le pasaba, me aclaró el panorama. Y después pagó por hacerlo.

***
Pocos meses después de la graduación se murió mi viejo. Más se acercaron a mí, mis compañeros, y peor le fue a Molinas. Hasta su casa nos íbamos a veces, ka'ure, a tirar huevos, o botellas. Bueno, los muchachos del curso seguían sin escucharme, yo quería que le agarremos luego entre todos, para enseñarle, pero no había caso. Huevos y botellas nomás.

En todo caso, después se supo que con casi toditos se metió él. Y siempre así, como enamorándole luego a los muchachos, ¿podés pio creer?

O sea que el pelirrojo infeliz nos había jodido a toditos, y nosotros pensando que nosotros lo que le acosábamos a él. Por eso mismo, recién cuando finalmente se fue con su familia a vivir a Buenos Aires, nosotros le dejamos tranquilo.
***

Hay veces, así, como ahora que hace frío, que yo me acuerdo de él. No me arrepiento de nada. Bueno, me hubiera gustado verle más, o no sé, haber sido amigos. Dos años me pagó mi mamá mi carrera en Buenos Aires, pero no le encontré nunca. Cuando volví a Paraguay me dijo mi mamá que quería ya que yo tenga familia. 

Dudo, hasta ahora. A mi me gustaba, después de todo, Molinas.

Ah, y el pa'í después colgó los hábitos, y Angélica le dio un par de gemelos. El huevo o la gallina nomás te voy a decir. Esto pasó hace poquito en todo caso.

Yo, sí, solterito. Triste sigue mi mamá, pero, y ¿qué se le va a hacer? Así nomás es. No estoy todavía preparado, tal vez Molinas se me aparece otra vez por la vida. 

A veces también pienso que al pedo le pegué. Pero, bueno parecía si que, que a él todo eso, toda esa violencia... no se, como que le gustaba.

En el lugar menos pensado

Hay dias especiales en los que salir a caminar se convierte en cualquier otro verbo, por ejemplo a veces, lo mismo, es sorbetear la sopa del almuerzo. Y dicen que es comun que intentemos conseguir lo deseado, pero que nos termine reprimiendo un enano pedante que se aloja de vez en cuando cerca de la responsabilidad.



Mientras esperaba sentado el omnibus sobre mis piernas preguntaba si manana le contaria otro cuento antes de dormir. Como era de esperar menti. Es mas, al dia siguiente me esperaba mientras yo sorbeteaba la sopa, y le hacia el quite a sus inquisiciones. Recorri y por lo tanto tardé horas y horas con la cuchara en la mano, horas y horas y ahora creo que deberia dedicarle unas palabras.



Como nunca es suficiente... suficiente siempre sera.



Del otro lado del pasillo, en unos acentos escucho como conversan dos sillas, hablan el mismo idioma que yo, me pregunto que pasaria si yo fuese mueble, me pregunto si hablaria el mismo idioma, me pregunto si seria de madera rustica, o si seria de otra manera.



Los observo evitando ser interrumpido (asi como hay rana macho y sapo hembra, estoy seguro que hay sillas xx y sillas xy, asi que a las sillas los observo).



Para ello convoco mis mas malas cejas, las arrugo en la frente, coloco los labios un poco fuera de la boca, de manera terrible, y hago que me tiemble la oreja izquierda. Y continuo con el analisis. Reconozco en sus palabras ciertas familiaridades: esa mala costumbre de olvidar ciertas letras, entonada con un salpicoteo de bemoles, y cierta alternancia casi regular de sostenidos. Reconozco algun tema, la pierna se me duerme, la pierna del mismo lado de la oreja que me tiembla (y ya no hago esfuerzo). Me levanto para mirarlos mejor y me siento un poquito, pero solo un poquito adormecido.



La pierna se queda descansando, cada vez me acerco un poco mas, pero la cara no se me desdibuja, y asi pretendo no llamar la atencion.



Estar aqui es igual de comodo, casi familiar, que en medio de lo que significa esperar el bus en una parada suprimida. Asi que resisto un poco mas, y vuelvo a mi asiento, hago a un lado a mi pierna, le acaricio la rodilla, le beso el tobillo, me acurruco, y dormimos una siesta inolvidable, abrazados.



Cuando despierto las sillas se han movilizado. Ocupan mesas, taburetes, una escalera, y bloquean el banho.



Camino por el mismo pasillo, hasta el final de si mismo, giro, y el pasillo resucita. Un nuevo paseo, otras perspectivas, apretar bien el pubis, o algo en esa zona esperando la calma... o que la verguenza se me vaya para poder mearme en los pantalones tranquilo.

Indiscutiblemente tu ausencia se me dibuja sobre un cuaderno que no usa lápices (y está por llover)

¡Abráse visto tamaña infamia!, lamentablemente el desasosiego que me causa el sólo hecho de cerrar los ojos, aún cuando estás aca, es asumido con estoicismo y dejando de lado ciertas vulnerabilidades propias de los seres humanos, me sumerjo a mi propio inframundo, para ausentarte, y acompañarte, dejándome incluso sin mí en ese afán absurdo de prepararlo todo con antelación.


Porque algún día te irás. O yo. Porque algún maldito día, espero que harto lejano, o tu cuerpo o el mio, o el corazón, o un puto error inesperado, sin embargo esperpéntico precipitará inevitablemente el ocaso de la pasión. Y puede ser simplemente un accidente: y la muerte.


Pero ha de suceder, y no caben dudas, no hay hado protector, no hay esperanzas en el futuro. Tenerlas es adecuarse, adaptarse, domesticarse, ser humano, y así nomas, mas yo no estoy dispuesto a ser lo que ya antes fui. No señor.


Mientras escribo ahora te espero, te escribo para no esperarte, espero... y como me aburro, escribo para tí. No obstante, mi predilecta, preferiría que estuvieras aquí y hacerlo en tu espalda con mis labios. En la curva deliciosa que se dirige perfectamente a los más misteriosos, y no solo por eso, a los más ansiados abismos, preferiría esperar. Pero no, aquí con un cuaderno que ni siquiera es lo que dice ser. Con lápices que tienen más centímetros cuadrados de superficie que cualquier otro real. Con tu ausencia y tus dulces sonidos, y tus perfectos aromas impregnados en cada órgano espero, sabiendo que no hay más nada que esperar.


Que tengo que salir a buscarte, que esperar también a veces es domesticarse, pero que salir a buscarte, doméstico, es mejor que esperarte, abúlico.


Entiéndelo bien, no tengo más elementos importantes que atañan a lo que siempre es concerniente. Los elementos a los que pertenezco me impiden discernir, discriminar y ahogarte en un abrazo, para que se acabe el esperar y finalmente haya un motivo, diferente, inesperado, sorpresivo para acabar con mi esperar y expirar... como una lata de atún.


Melón-alcohólico, hijo de la espera, compadre de la ausencia, infelizmente fausto.


Econolópito Occípelo.

Largo artijo y marisupio al sol.

Quise ser lagartija desde que alguien, mientras yo de leche, dijo que las lagartijas al sol. Quiero ser un tomador de sol, un sòlico, un borracho de sol, un tomador compulsivo y adyacente de sol, bebedor de soles, de cervezas, fumador de cosas, quemador de bulbo, fumador de cera, barredor de horas, balbuceador obstinado. Fumador de almas, esfumador de malas costumbres, habituarme, habitarte consumador de incumplimientos, apoderado de poderes, apoderarme de irresponsabilidades, hacerme responsable del malhàbito, consumidor de faustos, deudas. Atosigador de soledades femeninas, equilibrio de desencuentros, buscador de objetos inùtiles, utilizador de sinsentidos, recopilador de malas ideas, compilador de males ajenos, quejumbroso, ajeno. Un ajeno sordo, obtuso.

Ser un acto, o casi un ser humano, que no se me acabe el amor.

Necesito una pausa larga en el respirar, ahogo orgasmo uno dos once segundos, tercero, suspiro. Ahuyento el hipo, lo persigo con arco y flecha, con arco y red, con red y harpòn, con harapos y correr veintitrès metros planos, trece con obstrucciones, siete en bicicleta, dos en la carrocerìa de un vehìculo, cuatro cuadrados en un globo aerostàtico, circular el orbe, circunvalar la recta. Planear, cumplir con lo tàcito, faltar, ausentarme, ser una hache espanhola, ni ge-ene, ni ene-ache, no la tengo. Dièresis lingüìstica, la lengua en reposo, los pies en salmuera, no cumplir.

O cumplir, tal vez, a destiempo, atrasado, en mala forma, con panza, pena y gloria, ilegible, incombustible, electo, inhabitable, abominable, vulnerable, vulcànico, desatinado. Que todo, excepto yo, lo correcto. Satisfacer, hacer, estar o ser satisfecho, ser o parecer descripciòn, yacer sobre tu cuerpo, como al sol… sobre el sol, bemol.

Me encantarìa parecerme a este cigarrillo gordo, tener panza, comerme unas mariposas, mientras tu las unhas, cultivarme una sandìa, una enredadera de sandìas; una mariposa. Que la panza me sea zeta, ese, marsupio, canguro. Saltar de un punto a otro, teletransportarme, leer entre lìnea y lìnea, ser un medio, un transporte, comunicaciòn, un grito, moverte.

Escucharte con oìdos en la yema de los dedos, escucharte latir el sexo, que el corazòn me lata, las mariposas, marsupio, el corazòn que lata, fuerte como un pedazo de aluminio, que me indigeste, vomitar mariposas. Desenamorarme, enredarme, ser la red, un ruedo, rodar. Reposar en tu pelo, ser como un piojo para morarte la cabeza, convertirme en una idea, desaparecer, hacerme turbante culebra en tu cabeza, estar turbado, meduso, estar turbado mas no turbarte, o sì. Permanecer, ser de mi, mecerme, en tu cabeza, una idea, de un rincòn al otro, turbante, piojo, hamaca columpio columpiarme.

Ser un pato, comer naranja. Ser salmòn, comer comer, salpicotear, picotear pato, saltando, una pata, ponerme pimienta, arroparme con sal, saltear un par de versos, saltearme en una sartèn, quemarme en aceite la planta de los pies, en una sartèn. Ser tan tierno, a la naranja, aletear, nadar, aletearte, vos.

Tomar un hombre maduro, arrancarlo del àrbol, a punto de caer, que lo parta un parto, convertirlo en fruta mordida, que no se pudra, traer el muèrdago, adobar la mandrògina, descuidar la madriguera, el marsupio, la zeta. Olvidar lo indispensable, robarle yerba a la despensa, amanecer coreano, hablar japonès, vivir en tu barrio, saber a dondequeda, potenciar el sabor vendando los ojos, vendièndome un mapa mentiroso, saber, pero descansar, al sol.

Solìa salir, samor samor, conjugar verbos irregulares, parecer una excepciòn, ser un irrègulo, fui la regla. Vi una pelìcula, me convertì en televisor, te adiestrè, te hiciste adicta a mi panza. Te proyectè una imagen, valìa, yo, màs que mil palabras, me busquè en un libro, contaste del uno al mil, y repetìas, repetìas… toda antonomasia!, y zas!, me perdì. Me mirabas atenta, absorta, la panza, me viste la sandìa, me envidiaste la enredadera, echaste en falta dos o tres orugas, le gritaste a los gusanos, contaste hasta mil, y repetìas… otra vez.

Pude ser un poco viejo. Uno viejo y cascarrabias, uno whisky, uno tailandès. Mal oler y no a tailandès. Oler mal y tener problemas nasales, esnifar anilina, oler a colores, medicina, a tailandès y pintar de azul tus ojos azules. Acabarte la boca, admirar el retrato, cogerte con oidos, que te coman los colores las entranhas, que tus entranhas sean comidas por los colores, que los colores a tus entranhas se coman, que se coman entre sì, que coman coman coma, entre palabra y palabra punto al instante.

Es que soy un poco foca de voz profunda. Es que eres un poco color de mi sexo, es que soy perpendicular, transversal, al tuyo. Es que tambièn tù eres un poco foca, con mariposas devora entranhas, entranhas cabeza de mariposa, colores come colores coma punto aparte.

Me convierto en sandìa, rama enredadera. Me convierto en cuerda vocal, te vibro adentro, florezco. Florecerte zanahoria, entrar en tu boca de conejo, como diente de ajo, alcachofa, huelo mal, se bien, hueles rico, sabes como sabes, como color calor marisupio, y yo, largo artijo al sol.

Culebras al otro lado del lado...

Culebra come conejos! - http://germanh.blogspot.com

Yo tenia una en Sajonia. Una culebra, en Sajonia. Cuando me mudé a compartir techo con los adolescentes hijos de mi hermana, mi perra se la comió, la casa un caos. La perra, en celo, una noche escapó.

Fue hallada por un cliente de los jovenzuelos, vendedores compulsivos de periódicos de tirada popular y dependientes ocasionales de una cabina telefónica. El cliente, de ambos servicios, advirtió: “este can tiene un reptil ofídio en sus entrañas… ¿asumirán la responsabilidad?”.

Los niños, asustados, me consultaron. Confesé lo sucedido… Desde entonces la extraño, recuerdo ese estrangulamiento incesante y mis noches solitarias, la escatológica efervescencia de sus ojos, mi dependencia, los conejos que le arrojé en agradecimiento. Tres mujeres me pidieron que la abandonara… la perra se la comió, culebras conejos y placeres míos ahora casa ajena. Abandoné el país… todavía, en noches como esta la recuerdo con añoranza y con una petit mirada desquiciada en los ojos rojos, espero encontrarla pronto, arrojarle mi cuerpito blanco y suavecito, que la culebra, amada mía, me devore, que la perra nos enguya, que el vecino se robe a la perra, que al vecino lo parta un rayo, que un rayo cumpla mis deseos, que mis deseos para todos sean siempre los mismos… feliz 2008!

Recrudecimiento del Vacío

Hay unas lupas de temible poder. ¡Desdichado quien se precie de obstinado lector o incípeto detective! Confunden, dicen los que sobrevivieron para contarlo, que tiempos remotos hubo en los que como hoy, ciegos, constituimos la humanidad, equivocamos el camino y por sobre todas las cosas emulamos malamente una sombra de nosotros mismos. Nosotros no tememos. Insistir en esto no será, por lo mismo, y bajo ningún punto de vista, mal visto. Por el contrario, rogamos la repetición de dos padrenuestros y trece avemarías durante tres veces en el transcurso de un monstruoso y despingado error.

A veces, ganar una batalla posibilitará un descanso reponedor y multiplicador de unidades (militares), lo que devendrá en un positivísimo final de contienda. Desmantelada al ser descubierta una mesa, elegantemente disculpas pidió por la ubicación mediana del justo equilibrio. Los vencedores fuimos los mismos de siempre. …que estás en los cielos, no me desampares bendito vientre, por los siglos de los siglos, corré.

Sí, así nomás

Lo que a mi te pasa con algunos seres es que sentimos, además de cosquillas en la panza, zapatazos en la cuchara, pataleos entre los dedos, lucha de personalidades, desquicios comunes y corrientes, desquicios completamente nuevos, ajenos, ermitaños.

Sienta como los brazos tratan de salírsenos de los hombros, de los codos. Pretendo, simula, corroe, nos observo, arguya, incisivo argüimos, tremebundo y marabunta corriendo, valerosía corrosiva… pero espero puré… puro fracaso como enfrascar los triunfos olvidar Olivares, olvidar porque para que mientras menos se sea, seseará igual…

N'ombre

Desordené hojas con ojos vi,
busqué busqué busqué con ojos hojas esperaba ver,
no vi.

Encontré papiros
alimentos complacientes,
descubrí tiempo
sonreí sin dientes
tiempo, y papiros y alimentos.

Cobijé con tenue pasión,
ceño fruncido inimaginable fruncimiento de entrecejo,
y tenue pasión cobijando
cobijadora pasión.

Un tratado de lírica entrañable,
unos descuidos otros garabatos,
crucigramas con borrones tiza y lentejuelas,
alimentos complacientes… lentejuelas.

En dos hojas con los ojos ví,
leí,
sumum…

Lueguito, un Luis como cada Luis que se precie de tal, Lueguito.
Y ¿por qué?, porque es grave, lateral y matizado.
No, no lo sé, sepa Moya, yo también yo.

Ars Policíaca

La luna nio se oculta,
pero se oculta ko,
y no es que sea culta
se escuende en palabras otras.

Ultra recóndito mi general
escuéndase que la ley le busca,
escuéndase de la luna y
del fiscal escuéndase,
hagase na luna mi general.

Ojala que se haga luna
mi general y coma mandioca
mi general y sea luna
para que no se oculte,
pero se oculta nio.

Policía y Artista de Facto Uno.

Sofa Nouveau

Hoy día (durante la tarde) trajeron un sofá nuevo a la oficina, un sofá de cuero medio rojizo.
Dijeron, socarronamente, que era para que yo pudiera dormir más comodamente, como si yo realmente disfrutara quedándome infinitas horas frente a mil números sin recobrar mi libertad.
No saben nada.

Nada. Pero esta noche pienso quedarme, es que el sofá es precioso y se ve muy cómodo, además ¿qué son horas sin libertad cuando tengo los números para volar con ellos en mis sueños?. Llega tarde pero llega la estabilidad. (Súplica: Que no me tome)

Bondi!

Es cierto, pero no se si necesariamente el detonante es el nerviosismo. Durante los primeros 500 metros (que en cualquier parte representan 5 cuadras, excepto en esta historia) se levantó de su asiento, estratégicamente ubicado detrás del chofer, para preguntarle si el colectivo doblaba en el semáforo de San Martín, 12 o 13 veces, aún a pesar del inmenso afiche “No moleste a quien dirige este vehículo que lo tiene más grande que su patrón”.

Esa especie extraña de policía/presidente/chofer, robótuman-10, repetía autómata: “Atravieso la Avenida del Semáforo, señor, señora, no doblo, la atravieso”.

Yo prefiero creer que tenía más que ver con la memoria que con los nervios las constantes preguntas que la mujer vomitaba con más y más fuerza, ya 15 a 20 por cada 100 metros.

Opá.

Nota del Occípeto: Pude haber escrito este texto con un personaje masculino en lugar de juzgar de desmemoriada a la pobre mujer, y con eso a todas las de su género, pero mi abuela nunca fue mi abuelo.

Repetir … (v2.7beta)

… cosas que uno no tiene ganas de repetir. Hay una canción muy linda de King Crimson que dice: “ai ripit mai self güen aim estres, ai ripit mai self güen aim estres, ai ripit mai self güen aim estres…” y repite mucho, entonces deduzco que sigue estresado (ah, la traducción para los hispanoparlantes sería algo así como “me siento duplicado y multifuncional, y que todo lo digo dos veces, cuando la glandula pituitaria secreta menos endorfinas de las necesarias para producir un estado de jolgorio, placer y descanso, y me siento así, me siento duplicado y multifuncional, y que todo lo digo dos veces, cuando la glandula pituitaria secreta menos endorfinas de las necesarias para producir un estado…”). La repetición más desagradable que he padecido es la que se produce con la excesiva ingesta de ajo por ejemplo, o de condimentos. Hay otras que por repetidas aburren.

Ahora, no repetir significa, pregunto… y me corrijo: “Ahora, ¿no repetir significa necesariamente sucumbir ante el placer de lo irrepetible, de lo único, de lo imborrable?” No señores, es más que eso. No repetir es negarse al acto de Encantar y Decantar, no repetir es un grito de quiebre, un absurdo anti social (en el más social de los sentidos), no repetir significa entregarse hasta la mata de una y no medir ni una p#t@ consecuencia, en síntesis, no repetir es ser humano. Repetir, tiende a robotizar, estancar, mediatizar, conformar, evadir los flujos, escapar de la carne, esconderse del alma y… con mucha fuerza, tiende a enceguecer.

Asi que yo de ahora en mas no repito. No!, no repito, ¿me lee?, de ahora en más no repito, no, no y no, nunca más. De repetir ni hablar.


Introducing Luna, murio de leishmanhiasihsj y en vida fue hija mia

Caos y desper(.:·:···::…·:)

Si faltan letras o palabras completas usando tu sentido interpreta canciones y ahuyenta es por ádicamente inenanitos. Ahora yo que no soy yo siempre, y que vuelvo a caer una y otra vez en mi mismo al repetirme, tirme, me( )tir abogo por la compañía del deshaucio y del indivo.

Exqueperimento. No me gusta, me gasto… abrumo y fumo, siempre por el humo, ya ni idea de efectos… constancia del vacío, constancia del pedazo de carne al asador, asadores asados, haz dos cosas a la vez pero no tropieces comiendo chicle, emancipamela, esgrimísgamela, algorritmea con los nudillos dentro de una taza de café que hace frío y recalcina el te dentro de un plato de borí vorí verá?

Autobombo, ausencia de la altereguia

No pensar lo que se va a publicar antes de publicar algo puede acarrear, sin lugar a dudas, sin espacio para comas, y con el estomago vacío, ciertos desvaríos contraindicados para gente ávida de intelectualidad… pero si la intelectualidad no es paja, ¿para que sirve?…


A mi la paja me gusta, hacerme una pajita de vez en cuando, no siempre, después ya es vicio, y me gusta porque es como hacerme el amor, y tambien me gusta coger, y hacer el amor (tal vez esto necesite censura, tal vez cesura, tal vez un surcido, y por ende un hilo conductor), pero repito, despues ya es vicio, y el vicio de la intelectualidad está intrínseco en la palabra, igual que el arte… que a la larga, para mi, es simplemente cagarse de frío.

Es que me chupa un huevo y la mitad del otro, y la puntita del falo el arte como preconcepción (eso es una palabra digna de una paja - disculpen el exceso de escatologismos, pero los estaba extrañando… a ustedes, y al hecho de tocarme… voy al baño a alabarme y vuelvo)

Mirarse el ombligo, el pupo, es como hacerse una pajita. Pretender hacer arte es potencialmente cagar con los pantalones puestos. Las tertulias de escritores, pintores, homosexuales (diría putos, pero es políticamente incorrecto), políticos, chetos (eso no es políticamente incorrecto y sin embargo podría decirles “cabecita de agua” -si yo tambien soy un prejuicioso… y no es un prejuicio admitirlo… me conozco-ko), en fin, las tertulias de gente con intereses semejantes es paja, y como dijo el JP Castel no hay nada más pedorro y aburrido que eso… uno no hace algo pretendiendo ser artista, el que lo hace y le sale bien, se caga en guita y se olvida pa que carajo estaba haciendo lo que hacía, uno hace las cosas porque le nacen, y aveces las pare (de parir, no de parar) y a veces las vomita, las regurjita (palabra dificil de escribir si las hay)… pero no es pues acaso, tal vez, posible, que el que se plantee hacer algo por el resultado viva sin gusto ni gozo?… porque más entretenido que el fin siempre es el medio… el cuerpo humano es el paradigma principale de dicho enunciado… en la cabeza hay puro pajeo, en los pies tierra pa caminar… al medio il piacere… y si no se escribe asi que me corrijan los tanos… mientras tanto, ruégoles con el rugir del miembro que se asombren y me contradigan… total, a mi, eso, también me chupa un huevo…

(sucumbí ante las enseñanzas del GURÚ… y yo que pensé que podría romperle los esquemas… pero ya verá…)

Vivo - Poesía de Bianonio Osaíaz


Fotografía del autor
de Aleksandra Jaskowiak

Poesía de Bianonio Osaíaz

Caminar de cansancio caminar cansado
y gritar tan sólo para quebrar
la profundidad del vacío quebrado gritar.

Inconmensurables cantidades
de desencuentros de seres consigo mismo
consigo percibir.

Caminar de contento caminar…
de contento saltar por festejar
la siguiente derrota mía o de otros,
saltar de contento caminar.

Delicadamente asesinar un suspiro,
morir de suspiro…

Te observo y me sonríes mientras te observo,
te olvido de tanto pensarte y me olvido pensarte…
pienso haberte olvidado, pienso que te olvido…
te olvido y no recuerdo el lugar en el que te abandoné
y vuelvo para buscarte pero no recuerdo
qué es lo que busco
ni el lugar, lo olvido.

No sé si ahora imperceptible estás
o sigues perdida no sé si.

Abuso de ti,
por osadía abuso de ti,
por osadía me burlé de los muertos
me burlé por osadía
y abusé aprovechando cada dilatación de pupilas
osé aprovechar cada oportunidad
buena para abrazarte buena oportunidad.

Sí, de una u otra forma siempre partimos
los hombres siempre y nos olvidas
de una u otra forma siempre tú, mujer,
nos olvidas, pero ahora no recuerdo
y si existe el amor si existe es a ti,
cada hombre amor a ti,
cada hombre contigo coge te devora
contigo en orgiásticas bacanales de vino putas
y mar y guano en orgiásticas contigo.

Fumo y veo que eres como el humo
porque estás como en el humo
y fumo.

Fuego porque estás en el fuego,
fuego porque eres como un cenicero,
apagado o prendido en el cenicero fumo
porque como un explosivo fumando,
como de cerveza un vaso o vino en el vaso,
como penetración sin amor,
como hacer el amor,
como masturbarse de amor,
como dormir masturbado haciendo el amor,
con sueños y no dormir soñando
sino soñar despierto.

Como todo eso y como respirar agitado,
porque el todo, estar sucio o recién peinado es amarte.

Porque eres todo eso,
todo esto es como amarte cogerte puta
con amor de madre tierra.

Cogerte mar y guano grito de carne
mar y guano cogerte grito de piel.

Cantar de vinos o cervezas
y de vinos o cervezas cantar.

Comerte loca amiga chupándote una teta,
comerte o las dos, mientras jadeas puta carajo
jadeas mientras más caliente
por tanta adrenalina jadeas caliente carajo,
por tanto árbol bailando y por tanta nube suelta flotando
dibujado celeste un regalo dibujado cielo
por tanta nube en el cielo
porque si invento a un dios
es por amarte y quiero explicarlo todo,
invento a un dios o dos,
porque si sufro me hago un llanto
de estrellas diamante lloro estrellas,
llanto de diamantes,
sonrisa de los otros labios si sufro,
porque la luna queso derretido
repito luna queso derretida luna,
derretido queso luna por el sol
y fuego pasión por el sol azul profunda pasión por el sol,
porque hongosa yahuascápe yo telesedé
alucino de amor vida mía,
porque alucino vida mía de amor me perteneces,
te gozo porque de amor te amo vida mía,
porque de amor me amas todavía más,
porque de amor siento que no te has ido,
porque de amor y ahora respiro.

Francisco Caca era un loro chaqueño

A Mateo Fuentes, y a su papá Mario Fuentes

http://kunst.per.nl/linnartz/kafkaimg/kafka1.jpg

Hay una cafquiana cortita, muy hermosa que me la contó una peruana (tanto o más hermosa que la historia en sí). Entre poética y rimbombante, son de ese tipo de cosas que aunque uno dude, y se afane dentro del escepticismo, finalmente opta por mirar los ojitos bellos y aceptar. Sí, de ese tipo de cosas hablo.

Según cuenta ella, la cuestión pasó en un pueblito que de cafca debían saber tanto como yo de comida, -y es que debo reconocer que soy un flaco inapetente, y que en ciertos lugares los flacos, además de inapetentes, son ineptos e insípidos.

Bien, debo corregirme, -y es que es encantador hacerlo en estos términos, antes que borronear la palabra errada, errante, es más naif corregir errores con palabras escritas, seguir escribiéndolas y no borrar nada de lo antes escrito, no borronear nada, seguir escribiendo, sin parar, que la cuestión vaya fluyendo, que fluya. Es que no era un pueblito… creo que era la estancia de alguien, en algún lugar del chaco paraguayo, y puntualmente en la cocina de la estancia de alguien en algún lugar del chaco paraguayo.

Ahora rectifícame: tal vez si conocían a nuestro bienamado Francisquito Cafca, ¿no?, de cualquier modo rogamos que así fuera.

La cocinera, que me la imagino inmensa, redonda, y malhablada preparaba todo el tiempo menús deliciosos, siempre con materia prima casera: huevitos de codorniz, pollo, pavo, cerdo, leche de vaca, de cabra… y probablemente en los cortos inviernos fríos, secos, chaqueños, la mujer vestía tricotas de lana de oveja. Veo a otra mujer, no tan gorda pero con bastantes años encima, sentada tejiendo directamente del ovechá ragué (para los hispanoparlantes no guaraníleyentes ubico los acentos: en guaraní las palabras agudas no se acentúan con tilde gráfico).

Dentro de la cocina, y nadie preguntó por qué ahí precisamente, había un loro que observaba con lascivia sadomasoquista quizá el desplume y cocimiento de aves. Un loro bello, describió la peruana hermosa, que se lo imaginaba de muchos colores, porque tampoco lo conoció, confesó al tiempo, y dijo haber escuchado esta historia de boca de uno de sus parientes en una mesa en la que se degustaban exquisiteces marinas: Un loro bello, con rojos y amarillos y naranjas y verdes, y con una exhuberancia comparable a la de los papagayos.

Ella, la peruana, divertíase con enclíticos y juegos de palabras. Le parecía casi mágico, por ejemplo, el hecho que existieran papagayos paraguayos, o gallos con doble ele en lugar de paramilitares; simplemente una delicia escucharla sonreír, una delicia verla viéndote con ojos hermosos.

El loro desarrollóse y creció y fue educado según las costumbres chaqueñas, siempre en la cocina, sin jaula y sin restricciones. Sin embargo, cierto día, de lo más animado posible, comenzó a sacarse una pluma tras otra, tras otra, tras otras o tras otras o tras, hasta quedar peladito. Comenzó temprano, durante el alba y concluyó su labor exactamente a la hora en que la cocinera hervía agua. El loro, pendiendo del techo, sin poder volar ya, debido a la ausencia de plumas, caminó por una de las vigas hasta situarse justo sobre la olla con agua hirviendo, y en el momento en que la cocinera, descuidada y con ganas de ir al baño, abandonó su güorquin ária, el loro, en un acto de lo más cafquiano, arrojóse haciendo piruetas y malabares durante la caída, sobre la olla con agua hirviendo.

Al volver la cocinera encontróse con el loro ya hinchado y listo para servir. El pollo que había desplumado se lo regaló al chico que traía los diarios de la capital. Y enojada con sus patrones, sirvióles el almuerzo: un pollo delicioso, sin embargo pequeño.

De lo bueno poco, y dos veces bueno comentó el Señor de la casa.

Cuando, con el pasar de los días, se percataron del silencio matutino, por la falta de los gritos y silbidos del parapagayo paparaguayo evitaron pensar que aquella carne tan rica provenía del loro, o pensaron que comiéndose al loro sin saberlo sentirían menos culpa cuando el sueño les durara hasta después de las 10.

No es lo que quiero, pero lo quiero ya!

En la ciudad

La película “En la ciudad” del catalongués Cesc Gay c’est fantastic. Hace mucho yaqueyó no veia tele, hacía másque no véia na peli, llel domingo rompí (ko) con eso. Y es que hay que verla, pa mirarse auno mismo, pa ensimismarse, pa enmimismarme la miré…

¿Qué tanto podría decir para no caer nesos lugares comunes en los que se cae siempre que se camina con los ojos vendados?

Bueno, a ver: Uno que se mete con lalumna, y senamora, otro ques engañado y no reacciona, otra quengaña con una mujer y aborta (duda ética: si la súa mujer métese con otra mujer, ¿sentiráse engañado usté?, io gozária… pero n barcelonés las cosas son diferentes, como acá y la gente igual) lagañas, lamentirosa-mentosa que no tiene pero inventa (la odié), y mil diálogos conun acabado tan fino y delicado, todo un chiche, Chiche. (Explico la súltimas dosalabras por puro piacere, si de eso se trata esto: chiche sustantivo, y chiche vocativo… sha tá)

La mentirosa

Así se ve la mentirosa, ¡odienla!

La peli dándose así va como que no quiere la cosa, y tace sentir mil a mil a miel, la miel, un dulcecito-ito-ito, tío querido: al terminar sentís quequerésque no termine quequerésque siga quequerésque no se acabe, y se acaba paque te levantes del piso, si nel pisostabas, o del sofá sistabas nun sofá, o de la butaca si fuiste al cine -acá nel cine no pasan estas cosas no, pasan otras peores pasan-, ysalísy sabés (ko)que la peli sigue, porquesa, nespeciale saés la vida misma pues, querido samigos.

Y yo no quiero eso no, no no, no quiero una relación, ni una familia, pero si, y divertirme y jurar que no quiero lo que quiero, o que lo quiero pero no se da, como quequieroque la vida me pase al costadito quieroque o que no, al menos esa vida no, porque alguna vez amé y ahora no, y digo que noquiero cuando tal vez quiera… ahora, hago pipí culpa, meo culpa, orino culpa y comento queséque las cosas noson-oson así, pero unno nunca decide (léalo por favor con el ritmo correcto), y hay mucha leyde Merfi suelta, y mucha incongruencia (si no me cree, ¿qué hace leyendo esto que hace y no su trabajo?), y mucha desrealidad mucha.

Pero la peli es muy buena, cosas se sienten cosas, y personajes que son sus amigos, quesuno mismo nomás, y te dan ganas dacer cursosacelerados por correspondencia o en vivo o en diferido para ser un prosor de castellano o de matemáticas ser, así freaky freaky y patambúm namorarse duna alumna, o ganas te dande partirle la cara a tu pareja o a tu ex, y como na vida mesma seguro que tenamorás dunalumna o le partis la cara a tu pareja, y ahí se pudre todo, porqueso pasa (no) pasa na película y na vida real llevante preso por cualquiera de ambas nimiedades, (desafíeme, pruebe y mañana compro eldiario)… ¡No, no es lo que quiero, pero lo quiero ya!

El profe

Y este se nos enamora de lalumna

Bueno, yo, peronoyo, mi otróyo vivió 18 meses con una mujer y fui felizinfeliz pero sumamente humano, o sea fantastic: lamé, lámomucho… volviendo hay perlitas na peli que llévante inevitablemente hasta ese lugar y siéntese un techaga’u muy muy muy techaga’uchesco, y pega y se quiere y no se quiere, se recuerda y es eso… entra de una la peli, con todo y paque lamor se goce, véala.

Erwin Olaf

dressroom

Hay una cuestión medio hipnótica nas fotos del Erwin. Se le ocurren, como a tantos otros, y como a mi ahora mismo, rarezas mitá oblicuas mitá recurrentes, pero él las dibuja con la camera. Es pues una camera man… supongo.

Y dibuja bonito con su camera er niño que no es catalá, pero no le costaría serlo si quisiera. En todo caso disquisiciones de este tipo son medio incongruentes de mi parte, no tienen razón de ser, ni pies, ni cabeza, ni anillos al dedo, ni pajaros volando, y no vienen al caso.

dance school

Pero el Erwin, tiene corazón, y me da la leve, ligera y grata impresión que tiene, además, calzoncillos. Y un par de huevitos bien colocados dentro de ellos. Además de las tripas y la custión bastante clara.

Tambiénta un montón de espacios dentro de un-Iversostético propio, medio lúgubre, eXtrambótico (así con X, y no me corrija). Sacudones y removidas las entrañas destínese minutos de su tiempo y conózcalo, que es casi agradable descubrir cosas así que uno puede ir descubriendo siempre que destine minutos de su tiempo para conocerlo. Si, al margen de todo, le causa impresión sacudir y removerse las entripas, busque compañía, cómprese una bolsita de chipita, prepárese un tazón de cocido sin leche, y mire las fotos, que no hay engaño en el que tira la piedra sin que rebote.

Dato Rosa: Na serie Sangre Real alias Royal Blood, donde todas, excepto la foto de la Jackie Kennedy (que aparece salpicada de la sangre del suo marido), son recreaciones de las trágicas muertes de personajes Reales históricos (así, Reales con mayúsculas, relativo a la Realeza y no a la Realidad). Ahí mismo, cuando usté reconozca a la Lady Di, (na foto de mas abajo por ejemplo), con el logo del Mercedes en el brazo tendrá que abrir aún más sus oteadores y sorprenderse cuando sepa que Ésa es Él, travestido para representarla.

Diana

Erwin Olaf, nació en holandés, y se crió en holandés, pero yo creo que habla o entiende al menos un poco de imagineno. Está más que interesante el trabajo de este niño de 4 décadas y pitutos. Así que menos habla el que más comunica.

Si quiere una recomendación más, diametralmente perpendicularizada: esté atento a los designios del destino pa que la visualización le sea acorde al sentido desorientativo y milenario que todos llevamos dentro. Y no tema por favor www.erwinolaf.com.

girls

Domingos Nasunció

Cosa rara y casi perfecta porque después de inventar desmanes, programar inverosimilitudes y desperdigar todo lo políticamente correcto por el barrio, hay que salir a buscar algo por los puntos suspensivos geográficos que circundean nuestro hogarcillo. Generalmente no se encuentra nada, pero siempre se agradece por el espacio… y por las estrellas.

Alguna obra de teatro medio verde, o gris, o karaokes cerrados de mozos crueles y embriagados, empanadillas a mil por ahí, y a veces al final llega el rubio, que es licenciado en matemática y está haciendo el doctorado, cuestione incuestionable, pero de dudosa base metodológica (no él) regentea con galantería y soberbia la esquina de Colón y Gral. Díaz, y uno agradece también ese tipo de cosas.

Ahí dentro, que es afuera porque es un patio grande: Tome de más, converse de más, toquetee, sonría, salude, levántese uno, a si mismo, y vaya de una mesa a otra, sin importar que el del lado sea amigo o no, total todos harán lo mismo, nel transcurso de los transcurrires.

Seguir con las cervezas de más, con las conversaciones de más, seguir sonriendo y toqueteando, fugarse con alguna de otra mesa, siempre de otra mesa, y esto porque no tendrá tanta gracia fugarse con la que ya uno anda como fugado. Así que escuche bien y fuganguéese de la que anteriormente fugabaneaba con usté.

Pero no siempre es/será así, hay otras cosas que pasan/ron tambien: a veces uno chetea, a veces labura o como yo por ejemplo que ayer vi Melinda y Melinda y me di cuenta que quiero actuar nuna película de Woody Allen. Mi amiga que piensa lo mismo, tal vez porque existe solo na mia mente y no en carne y trapos, piensa y hace que decidamos dirigir y escribir y actuar y producir, y co producir, y compartir, sobre todo, la noche nuna película de Woody Allen, yo tengo sueños húmedos con mia amiga da mia mente. Es un placer inmenso, soñar húmedo con ella porque no existe supongo, y actuar dirigir escribir producir corromper y usar el nombre de Woody en vano.

Largumento ya ta. La trama se desarrolla con símbolos medio irracionales, pero se entiende, y sobre todo uno se entretiene haciendo payasadas de esa índole, pero no tome tanto señor mío. Salude, acuérdese que va a ser famoso, que va a actuar nuna película del ingüeroviable Woody Allen. Así que espere, na siguiente, contarnos/les/me as fantásticas irreverencias a las que nos tiene acostumbrado el causal potencial de analgesia y malformación filológica, siempre que sea domingo… si vive Nasunció, disfrute de su próximo domingo mirándolo con menos impudicia: no huya a Aregua ni a Luque, ni a Capiatá, que no encontrará redención nesos lugares. No se vaya pa Leste, disfrute Nasunció que hay cosas que pueden sorprenderlo, sobretodo por la Asuncencia.